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¿Cómo de importante es el gateo?

7 mayo 2020 Por Tu Neuropsicóloga

“Mi hija es muy curiosa, inquieta e inteligente, se va a poner a andar antes de gatear”.

“Si no gatea será que no lo necesita”.

“Si no gatea no pasa nada, ya andará”.

 ¿Habéis escuchado alguna vez estas frases? Yo, por desgracia muy a menudo.

¿El gateo es imprescindible? Pues depende de cómo lo quieras ver.

¿Para sobrevivir? Obviamente NO, los niños van a seguir viviendo si no gatean.

¿Para andar?, Tampoco.

Y, ¿para su desarrollo? Pues es una fase evolutiva que sinceramente yo NO ME SALTARÍA.

La última vez que me chirrío tanto una frase, venía de la recomendación de una especialista (no de neuropsicología ni de atención temprana, obviamente) a una mamá, no pude evitar responder: pregúntale si te recomendaría que te echases a correr cuando nunca lo has hecho sin ejercicios de fortalecimiento previos y si sería capaz de asegurarte una buena salud física.

¿Por qué debemos estimular (sin volvernos locos) el gateo?

Porque no tiene ninguna contraindicación y muchos beneficios físicos y neurológicos. La OMS, sin ir más lejos, destaca la fase de gateo como patrón de crecimiento desde los 5 a los 12 meses.

El gateo es una actividad asombrosa por la implicación neurológica que conlleva. ¿Lo habéis pensado alguna vez? Hay muchos adultos que no saben gatear.

Fijaros en un bebé, primero necesita sostenerse sobre cuatro apoyos (sistema vestibular, encargado del equilibrio) y coordinar todas sus partes del cuerpo con su cerebro para poder realizar el movimiento. Si se produce de forma adecuada, el bebé realiza el patrón cruzado que sería lo ideal (debemos intentar corregir los gateos que no van coordinados en la medida que sea posible, porque aunque el bebé cumple su función de desplazamiento no está desarrollando de forma adecuada lo que se persigue con el gateo y atención a la cadera). 

Este patrón no debe ser infravalorado y mucho menos si hablamos desde el aspecto neurológico. El bebé con sus movimientos coordinados está conectando los dos hemisferios cerebrales (importantísimo para la maduración de las funciones cognitivas) y mandándole órdenes a su cerebro de todas las partes de su cuerpo (sistema propioceptivo) implicadas en el proceso, así como la ejecución que se debe llevar a cabo para poder desplazarse, qué sin duda, tiene mucha importancia en etapas evolutivas posteriores.

Ya hemos visto la importancia del gateo, pero que más beneficios puede tener, os los paso a enumerar:

  • Desarrollo muscular. El bebé desarrolla la musculatura y gana la fuerza necesaria para poder posteriormente, comenzar la marcha. ¿El bebé que no gatea andará más pronto? NO, estará más interesado en desplazarse pero no tendrá la fuerza que se gana con el gateo para poder realizar esta acción. Esto, prepara al bebé para la bipedestación.
  • Autonomía y desplazamiento. El bebé comenzará a hacer cosas por sí mismo y será capaz de adquirir autonomía para llegar a donde él quiere.
  • Coordinación óculo-manual. Al gatear el bebé coordina la mano y el ojo. El aspecto visual no es menos importante, gracias al gateo el bebé cambia de perspectiva, y pasa a enfocar con ambos ojos a una distancia de 30-40 cm. Os suena que últimamente, cada vez más los especialistas nos encontramos con niños a los que derivan como “inatentos” o “disléxicos” y lo que ocurre es que no enfocan (no son capaces de realizar una lectura eficaz ni tampoco de atender porque todo les da vueltas, lo que deriva en que el menor se muestre más activo de lo habitual, digamos que “hiperactivo” y con estas características, ¡ya tenemos la moto montada!.
  • Mejora la grafomotricidad y prepara para la escritura. El gateo permite un mejor control de las manos como hemos visto anteriormente. Se desarrolla también el proceso de oposición cortical, donde el dedo pulgar se opone al resto para poder realizar la importantísima “pinza” que más tarde servirá para muchas acciones, entre otras, para desarrollar la escritura.
  • Desarrollo táctil. El bebé al gatear toca con su palma diferentes espacios y texturas percibidas en forma de sensaciones que van directamente aprendidas a nuestro cerebro. La posición abierta de las manos inhibe las reacciones de cierre involuntario.
  • Ayuda a establecer la lateralización del cerebro y desarrollar el cuerpo calloso. En el cerebro tenemos dos hemisferios que tienen funciones diferentes pero que deben estar integrados y complementarse entre ambos, uno de ellos debe ser el dominante para poder procesar de forma correcta la información y poder llevar a cabo diferentes acciones. Cada vez más, los especialistas nos encontramos que la lateralización de los niños no es la correcta, LATERALIDAD CRUZADA, y esto deriva en dificultades de aprendizaje.
  • Desarrollo de la estructura visoespacial. El gateo ayuda a calcular las distancias entre objetos y nosotros mismos.

Después de conocer todo esto, ¿por qué estimulamos tanto la bipedestación y no el gateo? Pues en muchas ocasiones por prisa, tenemos prisa por que se ponga a caminar y nos saltamos algo que sin duda, puede hacernos mucho bien de cara a futuras etapas evolutivas. Y la prisa suele ser nuestra como padres no de ellos como niños.

 Recordad cada uno tenemos nuestros tiempos y debemos respetarlos; y, aún más en los primeros años de vida de nuestros pequeños.

Por tanto, papás y mamás mi recomendación es clara: Estimulad el gateo siempre desde la racionalidad y el sentido común.

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